Expertos del Centro de Regulación Genómica (CRG) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona han descubierto que el galato de epigalocatequina, un componente del té verde, puede mejorar la memoria y el aprendizaje de las personas con síndrome de Down.
Uno de los problemas de las personas con síndrome de Down es que su cerebro no es capaz de cambiar con la experiencia.
El galato de epigalocatequina, normaliza la función del gen Dyrk1A, que actúa como controlador de muchas funciones celulares, como la capacidad de crear nuevas neuronas o hacer que éstas crezcan y se diferencien, por lo que en los casos de síndrome de Down consigue mejorar la memoria y el aprendizaje, ayudando al cerebro a que sea capaz de adaptarse a nuevas situaciones.
Tras realizar estudios con ratones, en 2011 se llevó a cabo una prueba piloto en 30 personas de entre 18 y 30 años, porque se trata de una población con un estado estable de desarrollo cerebral. En diciembre de 2012 el ensayo clínico se amplió a 87 personas que se dividieron en dos grupos, a uno de los cuales se suministró el compuesto del té verde durante un año, hasta diciembre de 2013, mientras que al otro se le dio un placebo.
Para saber si los efectos positivos del té verde se mantienen en el tiempo, después del tratamiento las 87 personas permanecerán seis meses sin tomar la sustancia. También se realizarán pruebas de neuroimagen para comprobar si las mejorías se traducen en una mejor conexión neuronal.
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Publicada el 27-04-2014