
Linum ussitatissimum. Foto: B. Vanaclocha
En un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, controlado, los pacientes con enfermedad arterial periférica (75% hipertensos) consumieron durante 6 meses 30 g/día de harina de linaza (Linum ussitatissimum). En el grupo que tomó linaza se observó una reducción significativa de la presión sistólica (-10 mm Hg) y diastólica (-7 mm Hg). El ácido α-linolénico aumentó en plasma con la ingestión de semillas de lino y se asoció inversamente con la presión arterial. Dado que no se conoce el posible mecanismo antihipertensivo y sabiéndose que las oxilipinas derivadas de ácidos grasos poliinsaturados regulan el tono vascular, el objetivo del estudio fue examinar si el consumo de linaza alteraba las oxilipinas plasmáticas de forma que influya en la presión arterial. La espectrometría de masas cromatografía-masa líquida de alto rendimiento del plasma en el grupo de la linaza mostró una disminución significativa en 8 oxilipinas. Seis de ellas eran productos de la epóxido hidrolasa soluble, una diana farmacológica para el tratamiento antihipertensivo. Los pacientes que presentaban una disminución plasmática de las oxilipinas derivadas de la epóxido hidrolasa soluble mostraron una disminución significativa de la presión arterial sistólica (media [intervalo de confianza del 95%], -7,97 [-14,4–1,50] mm Hg) en comparación con aquellos que exhibieron una mayor concentración de oxilipinas derivadas de la epóxido hidrolasa soluble (3,17 [-4,78 a 11,13] mm Hg). Estos datos sugieren que el consumo de harina de linaza puede reducir la presión arterial a través de la inhibición de la epóxido hidrolasa soluble, lo que contribuye a los efectos antihipertensivos en pacientes con enfermedad arterial periférica.