Carla Estivill. Fundación Estivill del Sueño. Barcelona. Ponencia en el 9º Congreso de Fitoterapia de SEFIT – 9ª Jornada Farmacéutica de la Isla del Rey. Menorca 18-21 de mayo de 2017.
Las benzodiacepinas son uno de los fármacos más prescritos en nuestro medio y en la mayoría de los países desarrollados. Sus indicaciones principales son los trastornos de ansiedad y el insomnio, aunque también se usan como relajantes musculares, anticonvulsivos e inductores de la anestesia.
Su beneficio a corto plazo está más que demostrado por su eficacia, rapidez de acción y seguridad dentro del margen terapéutico. Sin embargo, su utilización a largo plazo es controvertida ya que, además de su capacidad para producir tolerancia y dependencia, se han relacionado con el incremento de caídas y fracturas de cadera y deterioro de la memoria. Por todo ello, las guías de práctica clínica recomiendan una prescripción racional y sobre todo con supervisión medica.
La gran eficacia de las benzodiacepinas provoca cierta inercia terapéutica en prolongar su consumo durante meses. Además, se cronifica con la dependencia que sufre el paciente, que aumenta con la duración del tratamiento, pero también con la dosis, y la potencia ansiolítica. La vida media de cada benzodiacepina también condiciona su uso. Las de vida media larga suelen ser menos adictivas que las de vida media corta, por el efecto rebote que provocan estas últimas.
Para intervenir en la deshabituación debe considerarse la evolución clínica del paciente para conseguir un mayor éxito en el abandono del fármaco, sin una recaída. Además, la retirada debe realizarse paulatinamente para evitar los síntomas de abstinencia y el efecto rebote. Una buena estrategia para la retirada y disminución de los síntomas durante la deshabituación, consiste en el acompañamiento con preparados fitoterápicos. El tratamiento fitoterápico nos puede reducir la ansiedad durante el día, y el insomnio.
En la práctica clínica, será el facultativo quien decida en que momento da por finalizado el tratamiento. En este momento es muy importante controlar la posible la reticencia de los pacientes, sobre todo por la adicción psicológica, que les genera mucha ansiedad a la hora de ir a dormir.
El médico pauta una reducción gradual de la medicación. Para ello, existen posibilidades terapéuticas como el uso de presentaciones en gotas, que nos permiten regular muy paulatinamente la dosis de benzodiacepina. Es necesario utilizar una benzodiacepina de vida media larga para evitar el efecto rebote. De forma suplementaria, introducimos tratamiento con fitoterapia y melatonina. Añadimos medidas higiénicas de sueño y terapias conductuales, que, a pesar de ser más difíciles de seguir, tienen una mayor eficacia en el paciente. Durante todo el proceso, es muy importante un seguimiento cercano para dar un apoyo psicológico que necesita el paciente.