Mª Emilia Carretero Accame.
Dep. de Farmacología. Facultad de Farmacia. UCM
Ponencia presentada en el XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo (13-15 de abril, 2018).
Resumen publicado en: Bachiller LI, Cayunao CI, Vanaclocha B (Eds.). Actas del XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo. Oviedo: Sociedad Asturiana de Fitoterapia, 2018. ISBN: 978-84-09-01429-3.
Hibiscus sabdarifa L. conocida como hibisco, rosa o flor de Jamaica o rosa de Abisinia, entre otras denominaciones, es una especie arbustiva cuyos cálices, hojas y semillas han sido utilizados en alimentación principalmente en forma de infusión y en medicina tradicional para tratar diversas afecciones. La droga oficinal son los cálices desecados.
Diversos ensayos in vitro e in vivo, así como estudios clínicos permiten asegurar los efectos beneficiosos del hibisco en la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial, procesos inflamatorios, alteraciones lipídicas y afecciones hepáticas, entre otras.
Los efectos mencionados se atribuyen a su contenido en antocianósidos (responsables también del color de las flores), así como a otros polifenoles como flavonoides y ácidos fenólicos.
La actividad mas estudiada es la antihipertensiva, habiéndose apuntado los posibles mecanismos de acción y comprobado en humanos con hipertensión leve a moderada, o en estadíos I o II, su eficacia similar al captopril y menor que el lisinopril, así como algo superior a la hidroclorotiazida. Se debe señalar la seguridad y buena tolerabilidad del extracto de hibisco.
También se ha demostrado en ensayos clínicos que el hibisco es capaz de disminuir los niveles plasmáticos de colesterol total e inhibir la oxidación del LDL-colesterol.
En algunas medicinas tradicionales se usan preparados a base de hibisco como adelgazantes. En este caso, estudios in vitro, en animal y clínicos, parecen confirmar su posible actividad en este campo y en general, en el síndrome metabólico.