Francesca Falzone
Farmacéutica y. Formadora de Pranarôm España
La aromaterapia científica es una rama de la fitoterapia que se ocupa del uso de aceites esenciales quimiotipados para el tratamiento de diversas patologías. Un aceite esencial es un extracto líquido muy concentrado obtenido por destilación de plantas por corriente de vapor. Pueden utilizarse por vía tópica, oral o inhalatoria.
Algunos hongos forman parte de la flora comensal humana, conviviendo en armonía con nuestras células y con otras bacterias. El sistema inmune se encarga de mantener un equilibrio para que las bacterias y las levaduras no se multipliquen excesivamente. En algunas condiciones este equilibrio se resquebraja y las levaduras comienzan a colonizar nuestros tejidos, produciendo una micosis (infección causada por hongos). Las micosis más comunes son las producidas por el género Candida, denominadas candidiasis. Se localizan frecuentemente en la piel, las uñas, el aparato genital femenino y el tubo digestivo.
El tratamiento más habitual consiste en la aplicación de un fármaco antimicótico, de conocida toxicidad hepática y susceptible de presentar resistencias. Por si fuera poco, la eliminación de los hongos no corrige el desequilibrio inicial que ha provocado su proliferación descontrolada. La reinfección es muy frecuente.
Frente a este resultado poco satisfactorio la aromaterapia científica tiene mucho que aportar. Existen aceites esenciales cuya actividad antimicótica ha sido demostrada incluso para cepas resistentes a ciertos fármacos. Hablamos de la canela, el clavo, el lemongrass, el árbol del té o el geranio. Sus principales ventajas es que no dañan la flora intestinal y vaginal, estimulan el sistema inmunitario para prevenir recidivas y no presentan fenómenos de resistencia ni de toxicidad, a las dosis recomendadas.
La vía de administración del tratamiento dependerá de la localización de la infección. Como norma general se empleará la vía tópica cuando la zona sea accesible y la vía oral en caso contrario. En casos más complicados o en recidivas, se utilizarán ambas posibilidades.
La toma oral de los aceites se organiza en fases de 20 días de tratamiento seguidas de 10 días de descanso. La mayoría de las veces una sola fase es suficiente, pero es posible que se requieran varias puesto que el ciclo de vida del hongo así lo requiere (especialmente en caso de micosis ungueal).
Comunicación presentada en el 8º Congreso de Fitoterapia de SEFIT, Zaragoza 2015