Belén Miralles Rivera. Nutricionista clínico. Máster en Fitoterapia por la Universidad de Barcelona. Comunicación oral en el 9º Congreso de Fitoterapia de SEFIT. Menorca, 18-21 de mayo de 2017
La enfermedad del Alzheimer es un trastorno neurocognitivo mayor de etiología desconocida, cuyo resultado es una pérdida masiva de neuronas por la formación extracelular de placas formadas principalmente por la deposición de péptidos β-amiloide (Aβ). Éstos, han sido propuestos como los principales responsables del desarrollo de la AD, mientras que el principal neurotransmisor descubierto implicado en los defectos de la enfermedad de Alzheimer es la acetilcolina (ACh), cuya actividad es esencial en la ejecución de la memoria a corto plazo, principalmente. Hoy en día, los medicamentos disponibles que se prescriben para su tratamiento, actúan solamente sobre los síntomas, no pudiendo alterar el curso o progresión de la enfermedad, produciendo además una serie de reacciones adversas. Por ello, muchos de los tratamientos a base de plantas han sido investigados, con resultados muy prometedores, no solo en términos de efectividad similares a los tratamientos convencionales, también porque suelen poseer menores efectos secundarios y suponen ser bastante más económicos.
El objetivo de este trabajo es evaluar la situación actual en la que se encuentran tres alternativas fitoterápicas para el tratamiento del Alzheimer que no han sido investigadas suficientemente, ya sea porque en las investigaciones se ha dado más prioridad a otras por su reconocido efecto, o porque son relativamente novedosas. Ellas son: Crocus sativus (azafrán), Melissa officinalis (melisa), y Huperzia serrata.
La búsqueda bibliográfica se ha realizado a partir de una exhaustiva recopilación de estudios publicados a través de las principales bases de datos científicas disponibles en la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, en PubMed y Cochrane Library.
Los extractos de los estigmas del de azafrán demuestran poseer preclínicamente una moderada actividad inhibitoria sobre la acetil-colinesterasa, inhibiendo así la descomposición de la acetilcolina. Algunos de sus carotenoides como el safranal, o las crocinas, han demostrado in vitro, un efecto antagónico sobre tóxicos inducidos en ratas, evitando el desarrollo y agregación de los péptidos amiloides principalmente, inhibiendo así también el daño oxidativo sobre las células cerebrales. Los estudios clínicos existentes presentan unos resultados significativamente positivos sobre el deterioro cognitivo gracias a sus propiedades antioxidantes. Estudios preclínicos sugieren que Melissa officinalis posee actividad en los receptores de acetilcolina en el sistema nervioso central, y una interesante cantidad de antioxidantes gracias a su composición en flavonoides, participando activamente en la inhibición de la acetilcolinesterasa (AChE), revirtiendo la actividad de neurotóxicos inducidos en ratas, o combatiendo la hipoxia cerebral. El extracto etanólico al 80% de sus hojas, mejora significativamente el aprendizaje y la memoria, y otros de sus compuestos como el ácido gálico, poseen actividad inhibidora de enzimas implicadas en el deterioro cognitivo. Además, M. officinalis puede inhibir la transcripción de algunas enzimas implicadas en el deterioro cognitivo que no han sido habitualmente investigadas para la AD, como la BACE-1. En estudios clínicos M. officinalis ha demostrado mejorar las funciones cognitivas y reducir la agitación en pacientes que padecen leve-moderado Alzheimer. Así mismo, la aromaterapia con M. officinalis puede ser una intervención eficaz y segura para aliviar comportamientos agitados y mejorar el estado de ánimo en personas con demencia. A pesar de contar con estudios clínicos significativamente positivos, un exhaustivo metanálisis de estudios clínicos sobre la huperzina A en el Alzheimer revela algunas contradicciones.
Estas tres plantas medicinales podrían ofrecer una alternativa eficaz para el tratamiento del Alzheimer. Con estudios de mayor envergadura al respecto, podrían llegar a ser opciones comparables a reconocidas plantas en este campo, como el Gingko biloba, no solo para el tratamiento, también para la posible prevención de la enfermedad.