María José Alonso Osorio.
Licenciada en Farmacia. Farmacéutica comunitaria. Diplomada en Fitoterapia y Homeopatía. Especialista en farmacia galénica e industrial. Tesorera de la SEFIT.
Ponencia presentada en el XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo (13-15 de abril, 2018).
Resumen publicado en: Bachiller LI, Cayunao CI, Vanaclocha B (Eds.). Actas del XI Congreso de Fitoterapia Ciudad de Oviedo. Oviedo: Sociedad Asturiana de Fitoterapia, 2018. ISBN: 978-84-09-01429-3.
En la actualidad es de sobra conocido que los omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados que han ido mostrando, a través de la investigación, su importancia en la conservación de la salud y la prevención de las enfermedades. Si en un principio se destacaron por su actividad a nivel de mejora de parámetros lipídicos y salud cardiovascular, múltiples estudios epidemiológicos y de intervención nutricional, indican que el consumo de omega-3 produce cambios en variables homeostáticas asociadas a variados efectos beneficiosos para la salud.
Tabla 1. Efectos de los omega 3 en la salud humana.
INTERVENCIÓN | PATOLOGÍAS SOBRE LAS QUE PUEDEN ACTUAR |
Prevención de riesgos y tratamiento en patología cardiovascular | Arteriosclerosis |
Hipertensión | |
Tratamiento post-infarto de miocardio | |
Hipertrigiliceridemia | |
Dislipemia mixta | |
Procesos inflamatorios | Artritis y artrosis |
Inflamación intestinal | |
Asma | |
Salud mental y
de comportamiento |
Desarrollo cerebral y visual en gestación e infancia |
Desarrollo mental y aprendizaje | |
Apoyo del rendimiento intelectual en el adulto | |
Mejora en trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) | |
Apoyo y reducción riesgo enfermedad neurodegenerativa por envejecimiento | |
Salud de la mujer | Reducción síntomas Síndrome Premenstrual y dismenorrea |
Prevención de preeclampsias, parto prematuro y depresión postparto | |
Síntomas vasomotores menopausia y osteoporosis en postmenopausia |
Función neuronal.
Los omega 3 de cadena larga (EPA y DHA) son componentes de las membranas plasmáticas y participan en la modulación de los procesos de transmisión de señales, la inflamación, la inmunidad y el estrés oxidativo. Se sabe que son un elemento necesario en la formación cerebral y neurológica del feto y del niño y necesarios para la función cognitiva en el adulto.
De hecho, una mayor ingesta de omega 3 se asocia con menor y más lento riesgo de de desarrollo de demencia relacionada con el aumento de la edad y el deterioro cognitivo y menor riesgo de desarrollo o progresión de enfermedad de Alzheimer.
Mecanismos de acción neuroprotectora: Aunque los mecanismos por los que los ácidos grasos omega-3 pueden ejercer actividad neuroprotectora no son bien conocidos , los hallazgos de estudios experimentales los asocian con un aumento en la diferenciación neuronal y plasticidad sináptica combinada con la reducción de la inflamación. EPA y DHA intervienen en la producción de resolvinas, protectinas y neuroprotectinas, que son mediadores con propiedades antiinflamatorias y pro resolutivas, que protegen a los órganos de daño colateral y estimulan el aclaramiento de restos inflamatorios. En las neuronas, se ha comprobado que pueden reducir el daño ocasionado por el estrés oxidativo a través de las neuroprotectinas (docosanoides derivados del DHA).
Otros mecanismos hallados son:
- La capacidad de regular la expresión de genes neuroprotectores, como es el caso de la expresión del gen antiapoptotico Bcl2
- La capacidad de disminuir el riesgo de aterosclerosis, proceso que se sabe también afecta a la esfera cognitiva.
- La capacidad de prevenir la acumulación neuronal de calcio, bloqueando una señal que puede desencadenar una cascada de eventos celulares que inducen lesión y apoptosis neuronal.
Datos de evidencia clínica
Mejora cognitiva: En adultos sanos se ha observado: Mejora de atención y tiempos de reacción (1600 mg EPA y 800 mg DHA/día) [Fontani et al. Eur J Clin Invest. 2005:35:691-699]
En mayores de 65 años los resultados de varios estudios han mostrado menor riesgo de deterioro cognitivo en personas con consumo de 2 o más raciones de pescado a la semana [Morris et al. Arch Neurol. 2005;62:1849-1853.], menor riesgo de deterioro cognitivo y menor riesgo relativo de incidencia y progresión de demencia con un consumo medio de 400 mg de omega 3/día [Kalmijn et al. Rotterdam Study. AMH Ncuwl 1997;42:776-782]
Un estudio multicéntrico recientemente publicado, realizado en 99 mayores de 75 años, sin deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo leve, a los que se administró un multinutriente (conteniendo DHA 250 mg, EPA 40 mg) o placebo, durante un año, ha mostrado que si bien no se observó una mejora significativa en la función cognitiva global, si se observó una mejora en el puntaje de MMSE (Mini-Mental State Examination), es decir una mejora en la pérdida de memoria si los pacientes estaban bien nutridos [Baleztena J, et al. PLoS ONE 13(3): e0193568. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0193568]
Enfermedad de Alzheimer: Son varios los estudios realizados, aunque es difícil llegar a deducciones concluyentes, resultados a destacar son:
El consumo semanal de pescado 1 vez/semana, puede representar un 60% menor riesgo de contraer Alzheimer [Morrison et al. Arch Neurol. 2003;60(7):940-946]
El consumo dietético de Omega-3 puede reducir los procesos inflamatorios causantes de los cambios neurodegenerativos que se dan en el Alzheimer [Connor et al. AmJ Clin Nutr 2007:85:929-930]
La ingesta de 1700 mg DHA y 600 mg EPA/día, durante 6 meses, en pacientes con Alzheimer, mostró mejora de la función cognitiva y enlentecimiento del deterioro cognitivo [Freund-Levi Arch Neurol 2006;63:1402-1408.]
Problemas asociados a trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Aunque hasta la fecha se han publicado pocos estudios, la experiencia clínica apunta a que un aporte de omega 3 puede ayudar a la mejora de los síntomas de TDAH. En este sentido un estudio en 104 niños australianos con TDAH de entre 7 y 12 años, durante 15 semanas, mostró mejoras significativas en los síntomas de TDAH (falta de atención, hiperactividad e impulsividad) en los grupos tratados con EPA 93 mg + 29 mg DHA respecto a placebo [Sinn & Bryan. J Dev Behav Pediatr. 2007 Apr;28(2):82-91]
Injuria cerebral aguda tras traumatismo cráneo encefálico: Una revisión bibliográfica (del Grupo de Estudio Nutrición y Neurociencias. Subgrupo Neurocrítico. AADYND), concluye que los ácidos grasos omega 3 parece que pueden reducir el estrés oxidativo y la neuroinflamación, reparar el daño celular y mitigar la activación de los procesos apoptóticos post TEC, aunque falta por determinar cuál sería el momento óptimo para la suplementación, la duración de la misma y la dosis adecuada.[Jereb MGS et al. Diaeta (B.Aires) 2016;34 (154):23-2]
Omega 3, fosfolípidos y astaxantina
Una revisión sobre nutracéuticos contra enfermedades neurodegenerativas asociadas con el estrés oxidativo exacerbado en el SNC, publicada en 2014, destaca que en el aceite de krill la presencia de fosfolípidos y el poderoso antioxidante astaxantina junto a los omega 3, juega un papel importante en los resultados positivos sobre cognición encontrados en la administración de aceite de krill a ratas con déficits críticos en la función cognitiva y signos de neurodegeneración cerebral, con hallazgos importantes al mejorar significativamente la retención de aprendizaje y memoria, y la observación de disminución de de las neuronas inmunoreactivas acetilcolinesterasa y colina acetiltransferasa en el hipocampo, una región particularmente vulnerable del cerebro que envejece) [Barros MP et al. Nutrients 2014, 6, 1293-1317; doi:10.3390/nu6031293]